"El espectáculo del maíz"
Editorial de Héctor Huergo en Clarín Rural del 22 de febrero de 2020
Es una locomotora en plena marcha. El promedio nacional trepó a 8 toneladas por hectárea. Creció el consumo interno, de 4 a 15 millones de toneladas, y las exportaciones a más de 30.
En apenas 25 años, llegamos a un rinde nacional de más de 80 quintales.
“Maíz a 100 quintales por hectárea”. Con este título, la tapa de Dinámica Rural de abril de 1982 sacudía al mundo rural. Es que el rendimiento promedio del maíz en la Argentina era por entonces de 30 quintales, y en la zona núcleo era muy difícil que algún chacarero superara el límite de las “100 bolsas” (60 quintales).
Pero había un productor, en Teodelina, que había implementado un paquete tecnológico diferente. La clave era el control de malezas y la fertilización, además del cuidado de todos los detalles. Era Juan Avellaneda (Johnny), en la Estancia Santa Juana. Lo visitamos allí con el Tano Grupalli, el gran fotógrafo de la revista de Quinterno.Johnny nos contó que desde hacía unos años visitaba el corn belt de los Estados Unidos, donde el rendimiento rondaba los 75 quintales, y los de punta superaban los 100. “Yo me decía que nunca iba a sembrar maíz como los norteamericanos. De pronto, me doy cuenta que estoy haciendo todo exactamente como ellos”. Y los resultados estaban llegando, rompiendo el paradigma de la superioridad de los suelos del cinturón maicero, los días más largos en verano, la nieve en invierno y tantas cosas con que los expertos nos habían convencido de que “Pergamino no es Iowa”.
Diez años después de aquella nota, Santa Juana seguía progresando, pero a nivel general los avances habían sido magros. El rinde promedio había subido a 36 quintales. Es lo que había cuando acepté la presidencia del INTA, en 1994. La brecha con los EEUU se había ampliado. Había un ancho espacio para crecer.
Y lo hicimos. En apenas 25 años, llegamos a un rinde nacional de más de 80 quintales. Acortamos tremendamente la brecha. Híbridos simples de mucho mayor potencial y estabilidad, fertilización inteligente, lotes limpios gracias a la rotación con soja. Por supuesto, siembra directa.
leer más...