El proyecto de Agroctanos es liderado por Haroldo Dahn y Eduardo Pasman, quienes sumaron al directorio a hombres de importante trayectoria en el ramo energético como Carlos Brambilla, Roberto Monti, José Astolfi, y Silvia Tacca (Gte. administrativo-financiera).
En diálogo con Clarín Rural , Eduardo Pasman detalló las características de la planta. Producirá 250.000 litros por día, consumiendo 625 toneladas de maíz por día. Se instalará en La Carlota, “un lugar estratégico tanto para el abastecimiento de la materia prima como para la distribución de etanol a los refinadores que lo mezclarán y lo comercializarán con las naftas”. Cuentan ya con el predio de 16 hectáreas ubicado en el km 501,3 de la Ruta 8, con energía eléctrica y gas natural, así como fuente de agua suficiente. Ya tienen asignada la cuota de mercado, en el marco de la Ley de Biocombustibles 26.093.
En rigor, originalmente el proyecto se iba a realizar en una provincia mesopotámica, a partir de otras materias primas. Finalmente optaron por el maíz, “y esto nos llevó a mudarnos a la zona típicamente maicera”, confiesa Pasman. Una cuestión clave es la colocación del subproducto DDGS, para lo cual están haciendo un estudio del mercado regional y de los mercados más alejados.
La inversión prevista ronda los 40 millones de dólares.
El proyecto salteño, por su parte, surgió de un grupo selecto de productores y empresarios de la región. El núcleo duro está conformado por los hermanos Fortuny, Javier Elizalde, José Monaldi y Eduardo Gómez Naar (titular de Combustibles del Norte, distribuidora de YPF y fraccionador de fertilizantes). La planta se instalará en el parque industrial de Anta, donde ya cuentan con un terreno provisto de todos los servicios (electricidad, energía eléctrica y agua). Se está evaluando la posibilidad de utilizar leña, abundante en la región, como fuente de energía renovable para los procesos de destilación y secado del co-producto de granos destilados.
“En Salta el potencial del maíz es excelente, pero toda la competitividad se pierde por el costo del transporte”, dice Fernando Fortuny. “Tenemos un descuento de 50 dólares por tonelada, a pesar de lo cual igual estamos rotando con maíz porque tenemos claro su papel en la conservación de los suelos”. Por eso la intención es crear una demanda nueva para el cereal, y sumar a los vecinos al proyecto una vez que se avance en su implementación. Actualmente la producción de maíz en el NOA no alcanza el millón de toneladas, contra 4 millones de soja. Este proyecto ayudará, esperan sus promotores, a equilibrar la ecuación.
La planta procesará 250.000 toneladas de maíz por año, para producir 82.000 metros cúbicos de etanol. Producirá subproductos como para alimentar la creciente cantidad de terneros que cría la provincia y luego se invernan y engordan en el sur. “Somos exportadores de terneros e importadores de carne vacuna; cuando la planta esté en marcha podremos integrar la producción de etanol con el engorde vacuno”, abasteciendo a los feedlots actuales y los que seguramente se instalarán para aprovechar la amplia oferta de WDGS (“wet distillers grains with solubles”), la parte del maíz que no fermenta en los reactores de la destilería y queda disponible para alimentación animal.
El grupo salteño ya se entrevistó con el responsable del área de biocombustibles, el ex titular de Agricultura Javier de Urquiza, quien les aseguró que el objetivo del gobierno nacional es impulsar la sustitución de nafta por etanol mucho más allá del 5% que propuso inicialmente la ley de biocombustibles. “Brasil está arriba del 20% como promedio nacional, y tienen motores que funcionan con 85% de etanol, así que no tenemos techo a la vista para ampliar la producción de este biocombustible en el país”, dijo de Urquiza.