"La Multiplicación de los Panes" editorial de Héctor Huergo en Clarin Rural del 23 agosto 2014
El ministro de Economía trajo al ruedo el milagro de la Multiplicación de los Panes, “pero al revés”. Se refería al resultado que espera como consecuencia de la decisión del juez Griesa. Sin embargo, no debiera ir a la justicia de NY para encontrar semejante dislate. La multiplicación de los panes “al revés” fue la obra de la década ganada.
El primer corolario del dislate K es que si no hubieran logrado éxito en el experimento de frenar al agro, ahora nadie hablaría de los “buitres” ni de Griesa. Ni del pago “acá”. Siguiendo simplemente los números (bastante realistas) del Plan Estratégico Agroalimentario en el que tanto empeño puso el ex ministro de Agricultura Julián Domínguez, el desvío entre proyecto y realidad en los últimos cinco años asciende a 20.000 millones de dólares. Cifra suficiente para pagarle a los holdouts, al Club de París y buena parte de las importaciones de energía.
También, con mejor praxis, se habrían reducido estas últimas apelando a los biocombustibles, como ahora comprueba el equipo económico.
Tampoco estaríamos discutiendo la ley de abastecimiento, dirigida directamente al agro. Ni mucho menos, de la suspensión “por quince días” de las exportaciones de carne vacuna, la última medida que consagra aquello de que el hombre (argentino) es el único animal que se equivoca más de dos veces.
En el contexto de la crisis autogenerada por la conducción oficial, dilapidando la mejor oportunidad de nuestra historia para reinsertarse en el mundo y mejorar de manera sustentable la vida de los argentinos, la decisión es profundizar “el modelo”. Ya estuvimos ahí. Y nuevamente, en lugar de buscar la superficie, la decisión es sumergirse un poco más. Allá abajo no hay ni luz ni oxígeno.
La ley de abastecimiento es una espada de Damocles sobre los productores, a quienes se hace responsables de la crisis cambiaria porque “no liquidan la soja”. Más allá de su derecho de vender cuando se les dé la gana, como consagra la Constitución y el sentido común, los chacareros siempre se refugian en su mejor moneda. El gobierno ya probó la alquimia de cortarles el crédito para obligarlos a vender. El resultado fue un profundo parate en las ventas de bienes de capital: tractores, cosechadoras, sembradoras, etc. Menor demanda de acero, equipos hidráulicos, rodamientos, pintura. Menos horas extra. La patrona no cambia la heladera ni las cortinas.
Pero ahora quieren tener un instrumento legal para obligarlos a vender según la necesidad de divisas de un gobierno que agoniza en su propia salsa. La culpa de la falta de dólares es el silobolsa… El mismo que se expande en todo el mundo como una solución al problema del almacenaje y la logística de cosecha, en la Argentina K es demonizado como instrumento de la especulación.
El broche de oro es la nueva suspensión de la entrega de ROEs rojos. La exportación de carnes está suspendida “hasta que bajen los precios del ganado”. Mala noticia para Augusto Costa, el sucesor de Guillermo Moreno en la secretaría de Comercio: cuando bajan las exportaciones, puede reducirse el precio del ganado, pero los precios de la carne suben.
Es fácil de entender, y Moreno lo aprendió aunque no dio el brazo a torcer. Cuando se puede hacer la Hilton, mejora el poder de compra de la industria exportadora y ello permite volcar todo lo que no se embarca (que es una pequeña parte del novillo, pero la de mayor valor) al mercado interno.
Propuesta. Hagan todo lo contrario. Quiten las retenciones del 15%, desgraven el novillo pesado (esto aumentaría enormemente la producción y la oferta en seis meses, 200 kilos más por macho faenado). Aprovechan la cuota 481, para novillos de feedlot, para aumentar el peso de faena. Sólo así habrá más carne. Y cortar esta onda de la multiplicación de los panes… al revés.