¿Será mañana el fin del mundo...? Editorial de Héctor Huergo
Un pastor de EE.UU. aseguraba que ayer iba a ser el fin del mundo. Si está leyendo estas líneas, es porque su profecía falló. Igual, a los del campo argentino esto no les preocupaba en lo más mínimo. Ellos sienten que el fin del mundo es… mañana.
Un pastor de EE.UU. aseguraba que ayer iba a ser el fin del mundo. Si está leyendo estas líneas, es porque su profecía falló. Igual, a los del campo argentino esto no les preocupaba en lo más mínimo. Ellos sienten que el fin del mundo es… mañana.
¿Será? Hay señales contradictorias. La visita de Cristina Kirchner a la sede de Coninagro es un hecho de extraordinaria dimensión política. Pero en lugar de vivirse como un triunfo del sector, muchos lo midieron como una claudicación de parte de la dirigencia, en este caso el movimiento cooperativo corporizado por Carlos Garetto. Recordemos: no es que la presidenta recibió a Garetto y cía en su despacho. Fue a su sede y le dedicó cuatro horas en la última semana de la campaña electoral.
El agro tiene derecho a desconfiar, tras haber sido sometido a un vapuleo implacable hace tan solo tres años. Y a pesar de que luego el discurso oficial fue mutando, hasta eclosionar el PEA, la realidad es que no se ha encontrado solución a varias cuestiones cruciales para el sector. En particular, como casos paradigmáticos, la comercialización de trigo y maíz. Con ellos nació la agricultura argentina, y jamás habían experimentado problemas de abastecimiento interno. Pero cayeron en la red de “la mesa de los argentinos”, una historia deletérea.
Para abonar la desconfianza, CFK defendió al autor y conductor de la estrategia oficial, el secretario de Comercio Guillermo Moreno. Enredado en sus tribulaciones, el funcionario aseguró el abastecimiento de trigo y maíz a lo Pirro. El primero dejó lugar a la cebada, con menos restricciones. Y el maíz dejó de crecer, a pesar del enorme interés de los chacareros por meterlo en la rotación. Ni hablar del tremendo rifle sanitario con que saneó el negocio ganadero. Doce millones de cabezas en tres años, tres veces más que lo que sacrificaron los europeos para limpiar la vaca loca, la aftosa y los excedentes.
Los cooperativistas le dijeron a Cristina que el abastecimiento de trigo se puede asegurar por otros caminos. Que ellos saben cómo. Veremos.
Mientras tanto, y tal como anticipamos el sábado pasado, se celebró en Avellaneda (provincia de Santa Fe), el aniversario de la primera exportación de biodiesel, concretada por la empresa local Vicentín hace cuatro años. Dado que la fecha caía en una semana complicada por la agenda electoral, los organizadores habían sugerido postergarla. Pero desde el MinPlan se pidió especialmente que se mantuviera la fecha original del 18 de octubre.
Hasta allí se dirigió el ministro del área, Julio de Vido. El funcionario anunció que se profundizaría el uso de biocombustibles en la matriz energética argentina, un dato de enorme interés para el sector. Dijo que era una decisión de la presidenta, inscripta en el concepto de la agregación de valor con que viene machacando. Y agregando el de la sustitución de importaciones (de energía en este caso). Hizo hincapié en el etanol de caña y cereales, siguiendo el camino de Brasil “que ya usa 48% de etanol”, y dijo que se impulsaría el desarrollo de motores que puedan funcionar con alto porcentaje de biodiesel. Música para los oídos de los empresarios agroindustriales, cooperativas y grupos de productores lanzados a la producción de biodiesel y etanol, seguramente los sectores más dinámicos y promisorios para mover la economía rural en los próximos años.
Mientras tanto, desde el sector privado se dieron también señales de que se confía en un escenario más armonioso para los próximos años. Ayer mismo, AGCO anunció su plan de fabricación nacional de tractores, con una inversión de U$S 140 millones. Hace 15 días lo había hecho John Deere. Y la multinacional Becker Underwood informaba de una fuerte inversión en inoculantes y productos biológicos en Sauce Viejo.
No será fácil, pero hay un después de mañana…
